―¿Cuándo fue la última vez que compró una fruta?
Eso fue lo que me preguntó Cedieu cuando me pasó a recoger por primera vez en su servicio de transporte prefijado por cita. Yo necesitaba ir al aeropuerto. Él necesitaba hablar de las frutas. Él vestía todo color noche. Sus ojos igual. Su piel era color malta dulce. Su Mercedes Benz era viejo pero elegante por lo que me sentí extremadamente importante al verlo detenerse frente a mi edificio. Luego, al sentarme ya adentro, me sentí como si fuera de camino a mi primer discurso como primera ministra, valga la redundancia intencionada.
―¿Cómo va su día?― me preguntó mientras ajustaba el ángulo del retrovisor.
―Pues ya usted se imaginará. Ir al aeropuerto siempre requiere mucho. No le niego que me siento cansada. ¿Y a usted? ¿Cómo le va todo hoy?
―Yo todo lo resuelvo con el calendario de las frutas. Si me lo permite, le pregunto con mucho respeto señorita, ¿cuándo fue la última vez que compró una fruta?
9 de abril
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Texto y Foto de YINQ©