Si lo piensas bien

   Si lo piensas bien, hay sólo dos tipos de personas, te lo juro.  No tiendo a ser tan absoluta con nada, pero con esto sí.  Por ejemplo, hay sólo dos tipos de personas: las que dicen su nombre real al cajero de El Mesón y las que no.  Las que se dicen a mismas: “Ay ya, hoy estoy cansá/(o) de ser yo.  Voy a decir otro nombre.”  

 No sé si será por el rush, no sé si será por una examinación constante de la identidad, no sé si será algo genético, ¿quizás literario?   

La cuestión es que yo no digo mi nombre.  En los tiempos de la escuela graduada jugué a decir un nombre en específico: MARINA.  Por mucho tiempo lo hice y me provocaba mucha alegría hacerlo.  Quizás porque siempre lo vi como tentar a lo establecido, quizás porque necesitaba pequeñas revoluciones para luego volver a lo establecido, quizás porque simplemente era divertido.  Pero, como todo, pasaron varios veranos y dejé de hacerlo.

Hay sólo dos tipos de personas.  Te lo juro ya con sonido estridente.  Los que cuando el avión aterriza aplauden y lo que nos.  Los que luego esperan a pararse hasta que el piloto anuncie que ya se puede liberar el cinturón de seguridad y los que nos.  Los que luego, con todo y que haya el anuncio de que se puede uno quitar el cinturón, esperan sentados hasta que llega su turno de fila y los que no.

Y todo esto, para llegar a esto, a este escrito en esta página del primero de enero del dos mil veinte.  Un enero pre-histórico.  Pre-pandemia.  Pre-intensidad.  Natural y salvaje, como quiera.  Te regalo esa mañana hoy gracias a la máquina del tiempo llamada escritura:

Existen dos tipos de personas.  Quienes entran a la playa salpicándolo todo, corriendo, y quienes entran lentamente como encontrando nuevas sensaciones.  Hay quienes son pelicanos y hay quienes son mariposas amarillas.  Y yo.  Yo no sé aún de cuál tipo soy.  Hay quienes juegan papa caliente el primero de enero del 2020 en la orilla de la playa y hay quienes escriben sobre aquellos que juegan papa caliente en la orilla de la playa un primero de enero del 2020.  Soy, claramente, al menos, de ese tipo.   

A mi lado mamá.  Ella no puede escuchar mis pensamientos ni leer mi mente, pero me interrumpe y me explica que el agua parece de plata, y es verdad.

La playa brilla.

Estas letras brillan.

Las nuevas buenas brillan.

.

.

.

Hay dos tipos de personas.

.

.

.

Tic Toc

Tic Toc

Tic Toc

.

.

.

“¿A nombre de quién va la orden?”

“Amelia.  Mi nombre es Amelia.”

---

YINQ©