a eso de las 12:50 de la tarde presioné el botón de "book". llevaba ya algunos años soñando con accesar cierto tipo de libertad que me permitiera teñir mi cabello de rojo/fuego. y ese día, de todos los días, sentí mi corazón más dispuesto. no se trataba de un cambio de imagen. casi siempre he sentido cierta aceptación con lo que soy: mi estatura, mi cabello marrón enredado, mis lunares tan particularmente localizados, mi frente, mi nariz. y esa cierta aceptación no es que haya surgido naturalmente. como a casi todos, siempre me han llegado momentos en que comparo mi apariencia, mi imagen, con otras apariencias e imágenes. pero en fin, que eran las 12:50 de la tarde; a la 1:00 pm ya tenía trabajo esperando por mí. así que le di click al botón de "book" para una cita en el salón a las 5:15 pm. pude haber elegido otra hora, pero sabía que mientras más alargara la espera más se esfumaría la intención.
--- lo que ha sucedido desde esa noche, en la que salí a la
calle más fría de manhattan, ha sido la fuerza de la inercia. me
explico: aprendí recientemente que la inercia no es sólo el estado de
reposo también es un estado de movimiento continuo, estable. y ha sido
increíble... ha sido increíble lo que he aprendido de los demás al notar
los colores brillantes de mi cabello... al notar mi inercia. pero aún más
increíble ha sido notar mi propia reacción a la develación de nuevas
sensaciones: estas ganas de seguir en movimiento. y entonces, gracias a
todo esto, pienso en una sesión de terapia que ocurrió esta semana.
una cliente me planteó su duda acerca de la realidad de sus ideas. me
dijo bastante convencida que sus ideas eran "estúpidas"; quizás se
estaba imaginando como una persona demasiado valiente, demasiado
idealista. yo me quedé callada. era la primera vez que esta cliente me contaba con tanta insistencia esta lucha entre su fantasía y su
realidad. y ese, éste, es el tema de la vida, al menos eso pienso yo. así que se convirtió nuestro intercambio en uno de esos que no se olvidan. luego de mi silencio, le invité a mirar por la ventana. le dije que "ese edificio que están
construyendo en la esquina del Manhattan Bridge fue en realidad y en un
principio una idea, un sueño de alguien, quizás una idea estúpida." ---acto seguido, me enfoqué en el teclado de la computadora y presioné una
tecla, instantáneamente la computadora generó un sonido:
"¿Puedes creer que alguien alguna vez imaginó que una tecla se presionaría y el mensaje se transmitiría a través de un cable hasta la computadora?"
la cliente soltó una carcajada y, de pronto, su rostro se tornó liviano y despreocupado. yo también me reí. en unos minutos logramos entendernos sin tener que hablarnos; cierto sentido de paz inundó mi interior.
¡Qué mágico! ¿No? Las ideas que hacemos realidad.
Con cariño,
Y. Isabel
16 de diciembre de 2018
posdata. ¿Y tú? ¿Cuándo fue a última vez que hiciste una idea realidad?