Un darme cuenta

Un policía escuchando música clásica desde su celular en la Plaza de La Barandilla. 


Un anuncio colgado del cristal del café de la San Francisco que dice que el café está cerrado porque están recolectando café.

Una Vespa azul con tablilla foránea estacionada cerca de un árbol de trinitarias.

Una pared, sin algunas capas de pintura, sirviendo de marco de entrada al Callejón de la Capilla.

La conversación de cuatro amigos caminando borrachos en dirección a la San Sebastián.

Y luego, luego esto:

Una lista de canciones latinoamericanas que escucho desde la mesa de la esquina en el Café Finca Cialitos.

Un darme cuenta.

Un suspiro.

Un abrazo, lento.