Desde el 2013, llevo en mis bolsillos un marullo de diálogos, nudos, sensaciones, cadencias y suspiros de esta novela, mi primera novela: Para que un beso exista. Esta novela ha sido mi amiga, confidente, mi némesis, mi reality check y mi quehacer, a veces por semanas, a veces por meses. También ha sido silenciosa en ocasiones, por no decir semana…